
EL DESTIERRO
El Destierro, es una
película, donde los personajes y la naturaleza poseen una gran importancia.
Estamos ante una película de supervivencia tanto física como emocional. Tratada
como obra teatral 3 actores y un escenario casi único.

Teo es destinado a un minúsculo fortín de vigilancia, ubicado en un frío e inhóspito paraje. Una vez allí, conocerá a su nuevo compañero, Silverio, con el que deberá convivir los seis largos meses que debe cumplir en aquel destino. Desde el primer momento el carácter opuesto de estos dos hombres va a provocar las primeras fricciones, acentuadas más si cabe por lo reducido del lugar donde deben sobrevivir. El lejano conflicto exterior pasa pronto a librarse entre aquellas cuatro paredes . Una sorda lucha de desprecios, sarcasmos, de continuos desafíos y provocaciones en las que siempre saldrá a relucir lo pero de cada uno. El frágil equilibrio que aún sostiene la convivencia de estos dos protagonistas, terminará de romperse con la llegada de Zoska, una joven extranjera a quien Silverio encuentra moribunda cerca del refugio. Su presencia en aquel abrupto paraje sembrará la semilla de un conflicto aún más devastador que la propia guerra, capaz de poner en peligro su supervivencia por algo tan humano y tan primigenio como es el sexo y la amistad.
Últimamente
muchas son las películas ambientadas en la guerra civil española "Lobos Sucios", "Gernika", ahora llega a
nuestras pantallas "El
destierro", película de fondo bélico, pero formas románticas, el
director novel Arturo Ruiz Serrano sorprende al espectador con un planteamiento
valiente, inesperado y asombroso, supliendo con buenos actores, un exigente guión,
tanto a nivel físico como mental, una bella
fotografía y grandes dosis de imaginación,
unas carencias presupuestarias que en ningún caso influyen en su brillante desarrollo
de una historia que impacta, conmueve y llega al espectador.
Mientras
la capital es asediada por las fuerzas fascistas, la película traslada al
espectador a un claustrofóbico puesto de vigilancia en la sierra de Madrid, un
lugar perdido en medio de la nada, donde el frío es insoportable, un soldado
del ejército rebelde perfectamente adaptado al duro medio disfruta de su
soledad, la llegada de un nuevo compañero, al que le cuesta adaptarse, rompe su
rutinaria monotonía, su convivencia entre esas cuatro paredes no resultará nada
fácil.
Un
día, descubren malherida, a una chica polaca a la que hacen prisionera y
cambiará su convivencia, en ese momento se enfrentarán a una lucha interna
emocional que les hará madurar como seres humanos.
Cine de autor, de la mano de un prometedor
debutante, el cineasta Arturo Ruíz Serrano, quien también firma
un guión bien planificado, en apariencia sencillo, desarrolla una trama de una gran
complejidad, donde con muy poca acción, es capaz de trasladar al espectador una
gran intensidad emocional, dicho guión posee un esquema más propio del teatro, evolucionando
a la perfección, unos personajes, que poseen un complejo arco interpretativo,
llevándolos desde la hostilidad inicial hacia otros estados emocionales, gracias
a una brillante dirección de actores a los que ha sabido sacar lo mejor de
ellos.
El
cineasta pudo desarrollar la historia en cualquier conflicto, pero decidió
centrarlo en la Guerra Civil, seguramente por dos motivos primero un mayor
conocimiento, pero sobre todo para que el público se sienta más identificado
con la historia.
Historia
de personajes, dos soldados y una mujer, dominados por la soledad, el miedo y
el egoísmo, todos ellos muy distantes, irascibles y desconfiados acaban
convergiendo gracias a una clara
evolución, donde el amor y la amistad los hará más humanos, cuyo acercamiento desemboca
en grandes y fieles uniones.
A
estos tres personajes se les une uno más, que posee un gran peso en la
película, el páramo inhóspito, donde se desarrolla la historia, su presencia
congela al propio espectador, gracias a la fría nieve , el fuerte soplido del
viento y la claustrofobia del minúsculo puesto avanzado que condiciona la vida
de nuestros personajes, tanto el páramo como los personajes evolucionan desde
el frío invierno inicial y frías relaciones personales, todos ellos
evolucionarán hacia un clima y unas relaciones más cálidas.
Un
reparto coral cuya evolución parece tan sólida como natural, de entre todos
destaca Monika Kowalska, (Zoska) ella
es la luz entre tanta oscuridad, el elemento aglutinador de los personajes y el
desencadenante de sus evoluciones personales, cataliza los valores de la
amistad y hace surgir algo más entre los personajes masculinos, unos más que
solventes Eric Francés (Silverio) y Juan Carles Suau (Teo), el personaje de
Monika, es el terremoto que agita las vidas de unos personajes masculinos mucho
mejor definidos que el suyo propio, cuando ella está en pantalla la película
sube enteros gracias a su buen hacer, su calidez, dulzura y humanidad, una
actriz que pide a gritos más papeles protagonistas y con trabajos como este
seguramente los tendrá.
El destierro, es
una película que todo amante del buen cine debería ver, por su ambientación, su
preciosa fotografía, sus paisajes tan inhóspitos como hermosos, por el buen
hacer de sus protagonistas, pero sobre todo por la valentía de un planteamiento
que sabe desarrollar muy bien hasta el final, enfrentando a sus personajes a
sus propios miedos y a una lucha interna más dura que la propia guerra, sin
olvidar el buen hacer de un joven cineasta que despliega solvencia profesional
y al que deberíamos seguir sus pasos futuros, mientras ese momento llega
disfrutemos del presente y este hermosos destierro tan duro como emocional.
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