
LA PUERTA ABIERTA
La
directora Argentina Marina Seresesky,
con dos cortos "el cortejo" (2011), "La boda" (2013)
y un documental "Madres
0`15 el minuto" (2010), en su haber, nos deleita con "la
puerta abierta" una ópera
prima tan cautivadora como emocional, , escrita por ella misma, crea un
guión inteligente y luminoso donde las mujeres de procedencia muy diversa, se
erigen en protagonistas de una oscura tragicomedia, ambientada en el sombrío
mundo de la prostitución, sirviéndole este solo de excusa para desarrollar sus temas principales, la búsqueda de la felicidad, las segundas
oportunidades y la familia, no solo la consanguínea, sino la formada por
nuestro entorno cercano, aquellas personas a las que nos acercamos durante la
vida, las que nos definen y ayudan a crecer como seres humanos, en las que te
apoyas en los momentos duros.
La
película narra la historia de Rosa (Carmen Machi), una prostituta, que
heredó el oficio de Antonia (Terele Pávez) , su madre, quien
ahora se cree Sara Montiel y convierte su vida cotidiana en un infierno. Rosa
no sabe ser feliz. No puede. Pero la llegada inesperada de un nuevo integrante
a su particular familia le dará una
oportunidad única para lograrlo.
La
película empieza con una sonora discusión en una corrala, aparte de captar la
atención del espectador desde el primer segundo, a su directora le sirve de
excusa para presentar a todos los personajes y el ambiente triste en el que se
hallan, de forma sencillamente magistral, es ahí donde te das cuenta que vas a
disfrutar de una gran película, sin duda una de las mejores producciones
nacionales del año.
"A quien vas a echar ahora la culpa
de tu perra vida", la película es una oda a la vida, a la esperanza,
pues nos presenta la triste, insulsa y oscura vida de unos personajes derrotados
por la misma, que no encuentran la felicidad, enseñándonos que por muy mala sea
tu vida, el pasado sea un lastre y el presente augure un oscuro futuro, siempre
hay que buscar la felicidad aunque desconozcas el camino y esté lleno de
obstáculos, cine con contenido y forma.
Marina Seresesky, hace una película técnicamente muy cuidada, para lograrlo se
ayuda de su equipo de confianza como, la
meticulosa fotografía de Roberto
Fernández, comenzando en un mundo cerrado y oscuro nos irá llevando hacia
ambientes más luminosos, la preciosa
ambientación de Javier Crespo
cuya paleta de colores crea un universo particular y envolvente en una acertada
dirección artística, sin olvidar la música de Mariano Marini cuyas sutiles notas musicales nos llevarán de pasado
a futuro llenando la pantalla de una gran emotividad, es ahí precisamente
mostrando las emociones, donde la directora se siente cómoda, hace el cine que le gusta ver, para
ello nos guía en este drama con toques de humor, creando ese cine mágico que tanto le gusta, ese
que combina el drama con la sonrisa, y lo hace tocando temas de una gran pena capaces
de esbozar una sonrisa en los labios o al revés divertidos e ingeniosos gags de
una gran seriedad, consiguiendo un sutil equilibrio entre ambos, muy difícil de
lograr, para ello se nutre de un buen reparto coral cuyos personajes guardan
grandes secretos y profundas heridas difíciles de cicatrizar.
El peso de la película lo lleva una CARMEN MACHI (Rosa)
inconmensurable, proporciona todo un recital interpretativo, deja su zona de
confort, la comedia, para adentrarse en este oscuro drama cuyo personaje está
lleno de amargura, dolor y desasosiego, en una actuación contenida llena de
silencios, que ella llena de matices con su buen hacer, mostrándonos un viaje
vital que le reconciliará con el pasado y le mostrará un futuro lleno de
ilusión y esperanza, Rosa es un personaje frío que al principio causa rechazo,
pero poco a poco va robándote el corazón, sin lugar a dudas una de sus mejores
actuaciones, brilla con luz propia y hace brillar a sus compañeras de reparto
como TERELE PÁVEZ (Antonia) su madre, sabe dotar a
su personaje de un punto de locura muy interesante, una mujer de temperamento, con
un gran sentido del humor y una pizca de ternura, la que le falta a su hija
Rosa, vive anclada en el pasado, nos regala los momentos más divertidos, aunque
el papel más complejo lo realiza, ASIER
ETXEANDIA (Lupita), un travesti bondadoso, lleno de amor y amante del
cotilleo, su transformación física y emocional son magistrales, creando un
personaje de una serenidad loca muy compleja, su trabajo bien merece una nominación
a los Goya y posiblemente algo más, una interpretación tan exquisita como
natural que Asier llena de verdad,
para finalizar no puedo olvidarme del trabajo de la pequeña LUCÍA BALAS (Lyuba) dan ganas de abrazarla todo el rato, de llevártela a
casa, su mirada inocente y angelical conquista al espectador, su personaje es
la luz entre tanta oscuridad, ese vendaval de aire fresco que todos los demás
personajes necesitan, llena de ternura la pantalla, atención a la escena que
cura al personaje de Carmen Machi, puro cine, todos los personajes buscan ser
felices, por desgracia, no todos encuentran el camino correcto.
"La puerta
abierta", es una de esas películas
que todo amante al buen cine no debe perderse, de esas películas por las que
vale la pena hacer cola y pagar una entrada de cine, de esas películas que saben
tocarte el corazón, tan pronto ríes como se te parte el alma, una de esas pelíclas que te conquistan por el lado emocional, de las que dejan poso, cine con contenido y forma, que su directora Marina Seresesky, a la que seguiremos muy
de cerca, mezcla en un coctel
perfecto que dejará un dulce sabor de boca con un regusto amargo al
espectador que sabrá dejar una puerta
abierta a la felicidad.
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