Como cada año, tenemos una cita ineludible
con el cine de autor, de la mano del gran director Woody Allen, que este año, nos trae su 47º
película "café society",
presentada el pasado 11 de Mayo en el Festival de cine de Cannes.
Woody Allen, nos deleita con una comedia
Romántica con toques dramáticos, llena de encanto, contiene
todos los elementos por los que su cine es querido, o sea, un guión perfectamente
estructurado, diálogos llenos de humor punzante, situada en su Nueva York y
ambientada en los años 30, la época dorados de Hollywood, rodada con
presupuesto medio-bajo, para los parámetros de Hollywood, 30 millones de dólares.
La
trama gira alrededor de Bobby Dorfman
(Jesse Eisenberg), un joven
que en la década de los 30 viaja a Hollywood con el fin de triunfar en el mundo
del cine, aprovechando el contacto de su tío Phil (Steve Carrell),
un agente de estrellas de cine. Allí conoce a Vonnie (Kristen Stewart),
secretaria y amante secreta de Phil, de la que se enamora perdidamente y que le
introduce en el mundo del café society de Los Ángeles. Mientras Phil duda sobre
la posibilidad de dejar a su esposa por Vonnie, ésta se enamora de Bobby,
creando un triángulo amoroso de incierto resultado.
¿Qué es el Café Society?
término usado para describir a la beauiful people, estrellas de cine, deporte y
personalidades, que se reunía en los cafés, restaurantes o clubs nocturnos de
moda en ciudades como Nueva York, París, Londres,.... a finales de 1950 el
término café society cambió por el de Jet
Set.
Woody Allen hace un fiel retrato de los
años 30 de Hollywood, moviéndose entre Los Ángeles, del glamour, las lentejuelas, tan superficial como frívolo
y el Nueva York, del jazz, el
alcohol, la aristocracia y los desprecios, esta fantástica ambientación le
sirve de excusa, no para mostrar los entresijos de Hollywood, sino para introducirnos
en el difícil y complejo mundo del amor y los enredos familiares, es ahí donde
el director se siente cómodo y despliega todo su arte, en una historia de amor
imposible obstaculizado no por la diferencia de edad entre sus protagonistas
como hizo en "Manhattan"
sino por la diferencia de clases y el acomodo económico.
"El amor es una emoción y las
emociones son irracionales", la inestabilidad emocional, explorar la psique
humana, las emociones, la fragilidad del amor, la crisis de la mediana edad, son
sus temáticas recurrentes, siempre abordadas con humor, "la vida es una comedia dirigida por un humorista cómico",
con un lenguaje sencillo, directo, mordaz e inteligente, cuenta una
historia vital, llena de luces y sombras, con ese punto de amargura, ese halo
de tristeza que la propia vida le ha proporcionado al director.
Es la
primera colaboración entre Allen y el director de fotografía Vittorio Storaro (Apocalipse Now, el último emperador),
la primera que rueda en el formato de pantalla 2:00:1, el favorito de Storaro,
quien proporciona a la película una paleta de dorados hipnóticos, una
iluminación cálida y rostros iluminados por un resplandor que desea recordar
que estamos en los años dorados de la industria.
Tan
fascinante como la dirección de arte es el trabajo de todos los actores, kristen Stewart (Vonnie), encarna una
mujer enigmática, volátil emocionalmente, llena de sencillez y encanto la
pantalla, fascinando al espectador e hipnotizando con su sutil sonrisa y su
belleza serena a un Jesse Eisenberg (Bobby)
que sin duda es el alter ego de Allen, tiene sus dejes, su pantalón subido, su verborrea,
tal como paso en "Adventureland"
(Greg Mottola) se vuelve a enamorar perdidamente de Kristen Stewart,
manteniendo aquella química intacta, "llevo
enamorado de ti, desde el momento que te vi, pareces una estrella de cine",
el triángulo amoroso lo cierra la brillante actuación de Steve Carrell (Phil) un agente de actores, prepotente cuyo corazón
está dividido entre dos mujeres, "si
estas perdidamente enamorado, pierdes el control", deseo destacar
la actuación de una actriz que va a más, como Blake Lively, aúna talento y elegancia a raudales.
Café Society, es un producto 100% Allen, con
la música de jazz de fondo, la voz en off, las bromas judías, una comedia
romántica amarga que no impide ser felices a sus protagonistas, largos planos
secuencia, preciosos primeros planos, una iluminación cálida cuando ilumina con
focos e intimista cuando lo hace a la luz de las velas, un ritmo creciente y
como no su Nueva york, demuestra una vez más que estamos ante la obra de un
director genial, en estado de gracia, capaz de hipnotizar al espectador con una
historia tan divertida como triste, con esa reflexión moral, por la que bien
vale pagar una entrada de cine.
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