Viene a nuestras salas, “45 años”, tras pasar con
éxito por el Festival de Berlín,
donde sus dos protagonistas Charlotte
Rampling y Tom Courtenay, fueron
premiados por su gran interpretación, Charlotte
repitió éxito en el pasado Festival de
Valladolid, justo la gran labor de
sus intérpretes, es el principal atractivo de este drama romántico.
Todo empieza cuando Geoff, interpretado por Tom
Courtenay, recibe una carta, anunciándole
el descubrimiento, del cuerpo congelado de su primer amor, muerta hace
cincuenta años, en un accidente en un glaciar de los Alpes, todo ello una
semana antes de celebrar, con todo sus amigos, el 45 aniversario de boda.
Perfecto dibujo, de las dificultades y
complicaciones de las relaciones humanas, llenas de altibajos que debemos superar,
45 años, es la historia de una
pareja consolidada cuyo pasado vuelve, para hacer mella en el presente, sembrando
la relación de celos, envidias y un malestar inexistente anteriormente.
El personaje interpretado por Tom Courtenay,
se instala en el pasado recordando
unos hechos transcurridos 50 años atrás, hechos que aún no ha superado, destapando
la añoranza y las pasiones olvidadas, demostrando que nunca acabas de conocer
del todo a tu pareja, a veces un hecho puede derrumbar el frágil equilibrio matrimonial.
Dirigida por Andrew Haigh, al cual recordamos por su cinta “weekend”
2011, demostrando su gran sensibilidad a la hora de dirigir actores, la
película nos enseña, el encuentro entre dos hombres durante una noche, este
hecho cambiará sus vidas para siempre, enseñándonos que su temática preferida es la vida cotidiana, dando gran importancia
a esos pequeños detalles que nutren nuestra vida.
Los planos son largos, simples, sencillos, pero sobretodo son planos cortos, otorgando así gran importancia a los
personajes y su historia personal, una relación personal perfectamente bien
dibujada.
Como ya he apuntado al principio, la interpretación de la pareja
protagonista es el punto fuerte de un filme que sin ellos, la historia se
diluiría como un azucarillo.
Mientras Tom Courtenay, realiza
un gran trabajo gestual, donde sus gestos, silencios, miradas, hablan por sí
solos, en un maravilloso trabajo de contención, mientras Charlotte Rampling, en una de sus mejores actuaciones, nos ofrece
un gran abanico de emociones, toda una lección interpretativa.
45 años es una película es emocionante, sincera, sutil,
conmovedora, nos habla sobre el paso del tiempo y de
recuperar pasiones e ilusiones perdidas, donde la mugre de la pareja va
saliendo progresivamente, salpicando a sus personajes, enseñándonos el lado más
oscuro del amor, llegando a lo más hondo del espectador.
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