Película muy intensa dura, humana, emotiva y muy
mimada, basada en un gran guión y dos espléndidas actuaciones la de Stallone,
volviendo a encarnar al mítico Rocky Balboa, cuya gran labor le podría dar un
Oscar pues parte como máximo favorito en todas las quinielas y Michael B Jordan su joven pupilo.
Parece
mentira, 40 años han pasado ya, desde el
estreno de Rocky, todo un bombazo, nacido a mediados de los 70 ,1976 para
ser exactos, una saga cuyo protagonista ha sabido ganarse el cariño, la
admiración y el corazón de varias generaciones de espectadores.
Adonis
Johnson (Jordan) no llegó a conocer a su famoso padre, el campeón del mundo de
los pesos pesados Apollo Creed, que falleció antes de que él naciera. Sin
embargo, nadie puede negar que lleva el boxeo en la sangre, por lo que pone
rumbo a Filadelfia, el lugar en el que se celebró el legendario combate de
Apollo Creed con un prometedor y duro rival llamado Rocky Balboa.
Una vez en la ciudad del amor fraternal, Adonis busca a Rocky
(Stallone) y le pide que sea su entrenador. A pesar de que este insiste en que
ya ha dejado ese mundo para siempre, Rocky ve en Adonis la fuerza y
determinación que tenía Apollo, su gran rival que terminó por convertirse en su
mejor amigo. Finalmente, acepta entrenarle a pesar de estar librando su propio
combate contra un rival más letal que cualquiera a los que se enfrentó en el
cuadrilátero.
Rocky,
vuelve a encumbrar las escaleras que le hicieron famosos en sus inicios , con una película nostálgica, apelando a la
memoria, al recuerdo, con guiños constantes a la saga original, los míticos
pantalones con la bandera americana, el público animando al púgil rival, el
gimnasio, la música,……. Pensada para dar el golpe y regresar por la puerta
grande.
La trayectoria de Silvester Stallone,
nunca hubiese sido la misma, sin este golpe de ingenio, en sus
duros inicios era un actor del montón, con alguna incursión en el porno, hasta
que un día, viendo un combate de Mohamed
Ali, vio la luz, tuvo su gran visión, escribió el guión, busco
patrocinador, solo ponía una condición él miso sería el protagonista, pudiendo
así demostrar a propios y a extraños, el actor que llevaba dentro, encarnado a
un tipo de la clase baja, sin suerte, hasta que descubre al amor de su vida, Adrián una chica tímida que le robó el
corazón, ayudándole a descubrir que no hay nada imposible y los sueños pueden
hacerse realidad con grandes dosis de esfuerzo.
El
proyecto fue todo un éxito, culminado
con 3 Oscars® a la mejor película, dirección y montaje, Silvester, ganador
este año de un Globo de Oro, y de la crítica estadounidense, como mejor actor
de reparto, se perfila como claro
favorito para alzarse con un Oscar® por su gran interpretación,
reivindicando así la figura de un actor, usualmente maltratado por la industria
del cine.
Tras el éxito de la primera entrega, la maquinaria
de Hollywood, se puso manos a la obra, creando toda una saga moral no exenta de
elementos autobiográficos, solo 3 años después, surgió Rocky II (1979), mostrándonos, la
revancha del gran combate contra Apollo, Rocky
III (1982), su gran rival fue Míster T, toda una máquina demoledora hambrienta
de títulos, aunque el título más propagandístico fue Rocky IV (1985) mostrándonos como la fama cambia a las personas,
donde el legendario Apolo Creed, acabo besando la lona frente al demoledor
golpeo, del boxeador soviético, Ivan Drago (Dolph Lundgren), sin duda el título
más taquillero de la saga, con un
apoteósico combate final con speech incluido de Stallone, con tono absolutamente político, en Rocky V (1990) empezó el declive de la saga, donde, tras perderlo
todo, se esforzaba por llevar una vida normal, en 2006, 16 años después
Silvester Stallone vuelve al ataque, encarnando al dueño de un restaurante, con
una difícil relación con su hijo, el campeón se resigna a tirar la toalla,
demostrando como la vida puede golpearte más duro fuera que dentro del ring,
sin duda alguna la propuesta más floja de la saga.
Creed, vuelve a resucitar la
leyenda de Rocky, dando un nuevo giro de
tuerca a la historia, gracias a homenaje tan obvios como certeros, donde
sigue paso a paso el modelo original, ósea, joven púgil con ganas de triunfar,
desea hacerse con un nombre en el mundo del boxeo por méritos propios y encuentra el amor de su vida, su gran
acierto dotarla de personalidad propia, labor a agradecer al joven director Ryan Coogler , dotando a la serie de
aire fresco, oxigenando una saga que había perdido punch en sus dos últimos
asaltos, deseo destacar el fascinante plano secuencia del primer asalto,
simplemente brillante, además sabe usar a cuentagotas la cámara súper lenta,
dotando de gran espectacularidad el combate.
La
película nos enseña, a luchar por conseguir tus sueños, a luchar ante las
adversidades de la vida y por mucho que beses la lona vuélvete a levantar, todo
un ejemplo de superación personal, un canto a la vida.
El argumento se aposenta en varios temas, el
más importante la relación paterno
filial establecida entre el púgil y su entrenador, ambos crean un vínculo
muy especial, siendo esta la parte más emotiva del film, el peso del paso del tiempo, así como el anteriormente comentado la superación personal y la búsqueda de sueños, temáticas con
las que el espectador se identifica con suma facilidad entrando de lleno en la
trama cuyo ritmo asciende vertiginosamente hasta su apoteósico final.
Creed es una película entretenida, de
esas que no esperas grandes cosas y una vez vista, deja un buen sabor de boca,
donde Stallone sin necesidad de subir al ring, asesta un golpe al espectador
con su trabajo más humano y emotivo, esperemos no sea su último gancho.
No hay comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario :)