La
directora Rebecca Miller, consigue
cotas de realismo notables mostrándonos el retrato de esas nuevas familias que
se forman tras los divorcios y sus posteriores uniones, buscando nuevas formas
de ser felices, a través de satisfactorias relaciones de pareja, llenas de
altibajos y nos lo muestra a través del triángulo amoroso formado por tres
actores en estado de gracia, como son Ethan
Hawke, Greta Gerwig y Julianne Moore, una historia de personajes salpicada
de humor y sátira, desembocando en una comedia romántica de enredo matrimonial con la que mucha gente se identificará pues
está llena de verdad y frescura.
Maggie (Greta Gerwig)
es una profesora universitaria algo ingenua y de mirada despreocupada. Desea
ser madre y para ello, tiene un plan: encontrar a un donante de esperma que le
permita tener un hijo. Este donante podría ser un antiguo compañero de
promoción, ex matemático, que terminó abandonando una promisoria carrera para
emprender un negocio de pepinillos orgánicos. En medio de estas tentativas,
aparece en el camino otro hombre, el profesor John Harding (Ethan Hawke), con quien mantendrá un apasionado romance.
El
cine de Rebecca Miller, se sitúa
entre el cine de Noah Baumbach
y Woody Allen, con esta
comedia neoyorquina, pero a diferencia de ellos nos muestra el Nueva York más insólito
el más desconocido a través de un guión inteligente, muy bien estructurado, escrito
por ella misma, dibujando muy bien a sus tres personajes principales con sus
inquietudes y defectos, Maggie (Greta Gerwig),
es una mujer inteligente, complicada, única, original, desastrosa y con gran
sentido de la ética, que no deja de meter la pata, todo lo contrario a Geogette
(Julianne Moore) una mujer fría,
aunque poco a poco descubres sus encantos, pues le importa el amor y la
familia, como vemos dos ejemplos opuestos de feminidad, en una película de
mujeres, el personaje de Ethan Hawke, formidable
como un intelectual inseguro, agobiado por la rutina familiar, acaba siendo un títere en sus manos,
sin dudar, ellas tienen los momentos más lucidos de esta seductora película.
"Estoy de mierda hasta el
cuello", una vez más el cine muestra las dificultades
de las relaciones humanas, mostrando perfectamente las diferentes fases del
amor, al principio este es ciego solo ves las virtudes, las cosas buenas, con
el paso del tiempo se nota el pasotismo de pareja donde empiezas a fijarte más
en sus defectos, hasta que estos son mayores que sus virtudes y el amor se
esfuma, empezando los sinsabores de la vida.
"Ya no voy a jugar con el destino
de nadie nunca más", las cosas no siempre salen
como planeamos, muchas veces buscamos fuera la felicidad, cuando no nos damos
cuenta que la tenemos delante y no sabemos verla ni apreciarla. Como el título
bien indica Maggie, desarrollará varios planes todos ellos con desastroso
desenlace, desde el de su propia maternidad, hasta la construcción de un
romance que no acaba cuajando, la trama no castiga a sus personajes pese a sus múltiples
errores.
La ingeniosa comedia romántica, Maggie's Plan, es una exploración dulce, agria, sofisticada y
divertida de las complejidades del romance moderno, mezclando corazón y humor consigue
una historia absolutamente femenina, sobre la encantadora variabilidad de las
relaciones a lo largo del tiempo, la directora Rebeca Miller, crea una película
sin pretensiones, humilde, pero llena de verdad y complejidad, repleta de
ironía y diálogos burbujeantes, confiando en el buen hacer de su estrella, una
Greta Gerwig inconmensurable, sin duda la película es una bocanada de aire
fresco al cine Indie.
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