Poesía de lo íntimo y
cotidiano bajo la sombra de los cerezos en flor.
Película: Nuestra hermana
pequeña. Título original: Umimachi diary. Dirección: Hirokazu Kore-eda. País: Japón. Año: 2015. Duración: 128 min. Género: Drama. Reparto: Masami Nagasawa, Ryô Kase,
Haruka Ayase, Kaho, Ryôhei Suzuki, Suzu Hirose. Guion: HIrokazu Kore-eda; basado en el manga
de Akimi Yoshida. Música: Yôko Kanno. Distribuidora: Golem Films. Estreno en España: 23 Marzo 2016.
Tres hermanas, Sachi, Yoshino y Chika, comparten casa en la
ciudad de Kamakura. Al morir su padre, al que no han visto en 15 años, las tres
viajan al campo para asistir al entierro y conocen a Suzu, su tímida
hermanastra. No tardan en encariñarse con ella e la invitan a vivir en la
ciudad. Así empieza una nueva vida de alegrías y descubrimientos para las
cuatro.
Llega a nuestras pantallas
"nuestra hermana pequeña",
la última película de Hirokazu Kore-eda,
una nueva joya cinematográfica que llena la pantalla de belleza y emociones,
repleta de contenido y forma, rodada de forma impecable, con la maestría y la
sensibilidad del mejor poeta, con una inusual sencillez, arma una compleja
historia sobre la familia y sus vínculos de unión,
Una adaptación de Uminachy
Diary (el diario de Uminachy), novela considerada una auténtica maestra, cuya trama
nos sumerge en la bella ciudad de Kamakura, pero sobretodo en la intimidad de
un grupo de tres hermanas que conviven desde hace años sin presencia paterna ni
materna, tras la muerte del progenitor, aceptan a una cuarta más pequeña, una
medio hermana por parte de padre a la que no conocen y aún así aceptaran se
mude a vivir con ellas, su dinámica vida debe cambiar, aprendiendo a crecer y
convivir juntas, dejando posibles rencillas atrás.
Director, guionista y productor, Hirokazu Kore-eda es tan brillante, que
posee todo mi respeto y admiración, sin duda el más notable director japonés
del momento, al que sigo por la sencillez, realismo, belleza y sensibilidad de
su cine, un retratista de lo cotidiano, cuyas películas exploran temas tales
como la memoria, la muerte y asumir la pérdida.
Todas las características
del cine de Kore-eda están presentes en esta película; El retrato de la familia próximo
y sosegado, cine preciosista, cuya
belleza es capaz de hipnotizar al espectador, cine emocional, proporciona un torbellino de sensaciones al
espectador, retratar lo cotidiano,
con una delicadeza sublime, como una comida, un diálogo sobre ropa, un partido
de futbol o brindar entre hermanas.
Un drama familiar, sin artificios, capaz de transmitir al espectador un sinfín de
emociones, una historia de personajes,
que sabe captar los
problemas personales de cada una de ellas, sus alegrías, sus tristezas, sus
miedos, pero sobretodo su honestidad para afrontar la vida, una oda a la familia y sus vínculos de
unión, una película intimista, demostrándote que en las pequeñas cosas de
la vida, está su grandeza, como los fuegos artificiales o un paseo bajo los cerezos
en flor, los diálogos son cotidianos
con los q el espectador se identifica y la música delicada y sutil, ayuda a potenciar esos sentimientos a
flor de piel que florecen en el espectador como las bellas flores blancas en
los cerezos, capaz de comunicar con su dulzura aspectos que no pueden
expresarse con un simple diálogo.
Los personajes están muy bien
construidos, no son arquetipos, se trata de mujeres con caracteres muy
distintos, pero todas con mucha fuerza, saben valerse por sí mismas, pues sus
padres las han abandonado. Ellas llevan todo el peso de la película, sus
personajes son realzados por unas interpretaciones naturales, llenas de vida,
verdad y naturalidad, por parte de las cuatro actrices protagonistas (y también
por el resto de reparto en roles más secundarios), Haruka Ayase, la hermana mayor, Masami Nagasawa, es la segunda, Kaho, es la tercera y Sizu
Hirose es la más joven de todas y eje de la historia.
Película luminosa, de ritmo lento y pausado, el director ralentiza el tiempo, lo
hace eterno, llenándolo de música y belleza, de sensibilidad y elegancia, de
realismo y cotidianeidad, gracias a ello, es capaz de cautivar y seducir al
espectador, que se deja llevar por el suave fluir de unos fotogramas llenos de
poesía visual.
Nuestra hermana pequeña, es una película rodada con suma delicadeza,
por el brillante director Hirozaku Kore-eda, donde cuatro hermanas aceptan su
destino con resignación, desarrollando un vínculo muy especial, para formar una
verdadera familia, una conmovedora historia cuyas emociones conmueven al
espectador, por todo ello fue premio del público en el pasado Festival de cine
de San Sebastián y ahora te toca a ti valorarla, seguro disfrutarás, de este
drama cotidiano, sencillo, bello y sensible.
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