LA ESPERA

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Casi una década  ha tardado el debutante Piero Messina en estrenar, un proyecto tan personal como "La espera", inspirada en la obra teatral de Luigi Pirandello "La vida que te dí", Mesina, construye un drama oscuro que se nutre de los silencios, escrito para lucimiento de una elegante, Juliette Binoche.

Anna (Juliette Binoche), tras la trágica y repentina muerte de su hijo, pasa unos días en la villa de Sicilia, únicamente acompañada por su empleado Pietro (Giorgio Colangeli). De forma inesperada, recibe la visita sorpresa de Jeanne (Lou De Laâge), la novia de su hijo, que la había invitado para pasar la Pascua juntos. La joven no conoce a Anna, quien se ve incapaz de confesarle, la trágica noticia, así que le miente y le dice que su hijo vendrá pronto. Pese a los secretos que ambas esconden, se crean unos lazos de unión.


La mentira y cómo afrontar una pérdida, son las bases para construir esta triste y amarga película creada para tocar la fibra sensible del espectador, quien al ver la película se pregunta ¿son buenas las mentiras piadosas?, justamente la historia se construye a partir de una mentira, que da alas a la joven que desea arreglar las cosas con su pareja y a una madre que aplaza el duelo, pues nota que su hijo está muy vivo en el corazón de la joven, a veces es muy difícil afrontar la dolorosa realidad, la muerte de un ser amado afecta a cada persona de manera muy diferente.

La madre podría dar la triste noticia y ahorrarle la inútil espera, pero el espectador entiende en todo momento porque no lo hace y es ahí donde desea llevarnos el director, donde se siente cómodo y la cinta adquiere toda su fuerza, a pesar de su ritmo lento, el drama contenido explota llenando de tristeza, silencio y dolor contenido, la pantalla.

El debutante Piero Messina, asistente de dirección de Paolo Sorrentino en varias de sus películas "La gran belleza" o "La Juventud", crea una película de autor, donde los diálogos, la preciosista puesta en escena y los gestos de las actrices llevan todo el peso dramático.


La historia transcurre en un caserón claustrofóbico de Sicilia, donde se nota la presencia casi fantasmal de ese hijo que nunca llega, todo un mc guffin, que justifica la espera de madre y novia, pero muchas veces no la paciencia del espectador que espera le dé la noticia y así compartir ese dolor que solo una lleva, mientras llega el ansiado momento, el espectador queda deslumbrado por la maravillosa estética de las imágenes, aunque estas no pueden esconder los fallos de guión de una película que parece no acaba de despegar nunca.

Tal como ocurrió en su anterior película "Viaje a Sils María", el dolor contenido, con tono melancólico, está presente en la magnífica interpretación de Juliette Binoche, quien lleva todo el peso de una película creada para su lucimiento, dándonos toda una lección de interpretación, repleta de matices, silencios, gestos y miradas llenas de dolor, tristeza y amargura.La secuencia donde infla una colchoneta, simulando abrazar a su hijo muerto, como intentando insuflar vida en cada bocanada para devolver la vida a lo inerte, es muy difícil de olvidar.


El contraste de la película lo pone su compañera de reparto, Lou De Laâge, cuya sutil interpretación, llena de luz, alegría y frescura, donde la tensión inicial entre ambas mujeres enseguida se desvanece, transformándose en una relación íntima, que les ayuda a ambas a cicatrizar heridas.

La espera es una pieza de cámara, intimista, que gira alrededor de sus dos protagonistas Binoche y De Laâge y de una ambientación preciosista, describiendo el proceso de duelo, que ambas atraviesan, mientras la primera no desea aceptar la perdida de, la segunda ni siquiera es consciente de ella, entre ambas acaba germinando unos lazos de unión, un cariño y un aprecio mutuo, por las que vale la pena la tensa y lenta espera.




      

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