BROOKLYN

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Película: Brooklyn. Dirección: John Crowley. País: USA. Año: 2015. Duración: 111 min. Género: Drama. Interpretación: Saoirse Ronan, Domhnall Gleeson, Emory Cohen, Jim Broadbent, Julie Walters. Guion: Nick Hornby; basado en la novela de Colm Toibin.Producción: Finola Dwyer y Amanda Posey. Distribuidora: 20th Century Fox. Estreno en España: 26 Febrero 2016.



BROOKLYN narra la profundamente conmovedora historia de Eilis Lacey (Saoirse Ronan), una joven inmigrante irlandesa que se va abriendo camino en el Brooklyn de los años cincuenta. Atraída por lo que América promete, Eilis se va de Irlanda, abandonando la comodidad del hogar materno y cambiándolo por las costas de Nueva York. Las iniciales ataduras de la añoranza se aflojan rápidamente cuando un nuevo idilio arrastra a Eilis al embriagador encanto del amor. Pero su nueva vivacidad no tarda en quedar desbaratada por su pasado, y Eilis debe elegir entre dos países y la vida que hay en cada uno de ellos.


“El hogar está, donde está tu corazón”, este refrán, define a la perfección la película Brooklyn, un drama romántico, elegante, gracias a un cuidado diseño de producción creador de una atractiva puesta en escena, un guión muy bien adaptado al cine y a una cautivadora Saroise Ronan, cuyo rostro fino, su bonita sonrisa y sus ojazos azules, son capaces, no solo de cautivar al espectador, sino a dos hombres muy diferentes, que la pondrán en la difícil situación de decidir, entre su ciudad natal o su ciudad de acogida, entre la obligación y el amor, entre el pasado y el futuro deseado, decisiones que provocarán una pregunta al espectador ¿Dónde está tu hogar?.

La historia nos traslada a principios de 1950, donde la pobreza y la falta de oportunidades laborales, llevan a la joven, Eilis (Saroirse Ronan), emigrar a Nueva York, desde un pequeño pueblo irlandés, gracias al contacto de su hermana con un cura irlandés, afincado en América, le consigue un trabajo y un hogar de mujeres donde vivir, empezando así una nueva vida.
Su adaptación no será fácil,  sola y con nostalgia, le cuesta aclimatarse, cuando parece ir habituándose, un hecho en Irlanda, le obliga a volver y a tomar decisiones que marcarán el resto de su vida.


El nuevo trabajo de John Crowley, cineasta Irlándés que utilizó el teatro como trampolín al cine,  recupera la temática de su segunda película Boy A”, apuesta por un tono más pesimista, pues nos hablaba sobre las segundas oportunidades que te da la vida, aunque lo hace desde un enfoque, diametralmente diferente, mientras en “Boy A” el protagonista era un joven recién salido de la cárcel que desea olvidar su tortuoso pasado, en Brooklyn, Crowley muestra un tono más optimista, centrándose en una joven inmigrante irlandesa que se aferra al pasado con fuerza mientras anhela una nueva vida en la tierra de las oportunidades.

John Crowley filma con elegancia y sensibilidad una película basada en la aclamada novela homónima escrita por Colm Tóibín muy bien adaptada al cine por el guionista Nick Hornby (An Education, About a Boy, Alma Salvaje),  cuyo guión, en apariencia sencillo, pues trata de la inmigración y el amor principalmente, está lleno de matices y subtramas, la familia, el desapego, la difícil adaptación del inmigrante, los sueños, la búsqueda del hogar y de tú lugar en el mundo, enriqueciendo un guión que ha sabido mezclar con brillantez el tono cómico (las situaciones con las jóvenes americanas), el dramático (despedirse de sus raíces) y el romántico, en una película muy emocional, donde el espectador siente lo mismo que Eilis, pues viaja, sufre y vive la historia a través de sus ojos, empatizando con su personaje.


La historia narra con solvencia, el poder transformador de los inmigrantes, aportándonos una visión, de la profunda evolución acontecida en la América de los años 50, tras la II guerra Mundial, una oleada de inmigrantes llegaba a sus costas, en busca de prosperidad, siendo estos los abuelos y bisabuelos de los Americanos actuales.

“Cuando te marchas de tu país, lo añoras tanto que deseas morirte”, Eilis como tantos otros inmigrantes, le cuesta adaptarse a su nueva vida, añora su país, a su familia y esa añoranza, la trasforma en el olvidado arte de la correspondencia, escribiendo a su hermana cartas, contándole sus vivencias, poco a poco la correspondencia va menguando, señal inequívoca de su adaptación.

“Llegará un día que saldrá el sol y comprenderás que es ahí donde debes vivir”, el amor, es la fuerza trasformadora de Eilis, el colofón de su total adaptación, gracias a un divertido, dulce, y carismático pretendiente Italiano decidido a conquistar su corazón, Eilis cambia toda esa tristeza en alegría y felicidad.


Pero esa felicidad le dura poco, cuando su nueva vida arranca, una desgracia familiar, le hace regresar a Irlanda, donde ocurren una serie de sucesos, le ofrecen un buen trabajo, un chico va detrás de ella, que junto a la insistencia de su madre para que se quede, tambalean todo su mundo, es ahí donde la película adquiere toda su fuerza, en esa indecisión, pues ni ella misma ni el espectador saben lo que hacer, pero es en esta toma de decisiones donde se forjan las personas y sin duda el film está construido en base a las trascendentales decisiones de Eilis, y a la incertidumbre relacionada con su elección definitiva, todas las decisiones que debe tomar fortalecen el carácter de un personaje que nada tiene que ver con la joven, tímida y maleable, que emigró transformándose en una mujer, segura y decidida capaz de afrontar todo tipo de decisiones, dominando así todo su mundo.

Un buen reparto encabezado por Saoirse Ronan (Eilis Lacey), actriz que desde bien jovencita me encandiló en “Expiación: Más allá de la pasión”, consiguiendo su primera nominación a los Oscars, por su interpretación de “Briany”, ahora afronta su segunda nominación a los Oscars y no es de extrañar pues ella es la película, en un trabajo más maduro, pero con la misma sencillez y naturalidad, por su condición de Irlandesa y emigrante, conecta a la perfección con su personaje, frágil y sutil pero a su vez decidido y perseverante, un papel complejo, muy exigente a nivel emocional, es capaz de transmitir un gran abanico de emociones y un arco interpretativo insuflando de vitalidad y luz a un personaje que la cámara busca con insistencia y acaba amándola al igual que el espectador.
Una actriz de presente pero sobretodo de gran futuro, versátil y sin miedo a los retos, es capaz de afrontar con brillantez cualquier papel, demostrando su talento en “The lobely bones”, o “El gran hotel Budapest”.


Era fundamental encontrar dos hombres que puedieran rivalizar por su amor, que pudieran dar la réplica y además tener buena química, gracias a dios los hallaron, Emery Cohen (Tony Fiorello), emigrante italiano, conquista a Eilis con bravuconadas y mucha tenacidad, se enamora de ella a primera vista, es un dulce seductor, ingenioso y de gran corazón, simboliza la pasión juvenil, su contrincante no podría estar mejor escogido Domhall Gleeson (Jim Farrell), una gran amenaza, opuesto, culto, de buena familia, muy tradicional, un gran galán, creado por una gran actor de gran versatilidad, como hemos podido ver en películas como, “Invencible”, “Ex Machina” y “Star Wars VII”.

Destaca el cuidado diseño de producción, creando la evocadora atmósfera idónea para el desarrollo de la trama, mostrando las grandes diferencias entre ambas ciudades, mientras la pequeña ciudad Irlandesa de Enniscorthy, posee una fotografía más grisácea y una arquitectura más sencilla y tradicional, Brooklyn posee una arquitectura más moderna, colorista, una fotografía cálida, aunque sin duda, donde se evidencian más estas diferencias es en el vestuario, cuando Eilis vuelve a Irlanda, destaca sobre todos sus habitantes, por un vestuario, elegante, armónico, alegre y colorista donde los rojos y ocres destacan frente al diseño austero, clásico y poco creativo de la ciudad Irlandesa.


La música creada por Michael Brook, es otro gran elemento que ha ayudado a la ambientación, una BSO tan bonita como nostálgica, sabiendo potenciar siempre la tristeza o el drama, sonando en el momento preciso favoreciendo la parte más emocional del film, siendo el máximo exponente musical; cuando Eilis se ofrece voluntaria para servir la comida de Navidad a oprimidos inmigrantes irlandeses y, finalmente, se queda embelesada por la emotiva canción irlandesa que interpreta un nostálgico irlandés, pura melancolía.

Con un ritmo lento, pausado se nos presenta una trama sin prisas, pero sin pausa, fluyendo con naturalidad una historia cotidiana, muy emotiva y tan actual como la inmigración, gracias a una dirección lúcida, sensible y de una calidad cinematográfica incuestionable, aporta un retrato tanto de la América como la Europa de los 50, siempre bajo la hipnotizadora, cautivadora y dulce mirada de Saroise Ronan, cuyo formidable trabajo nos introduce en el viaje de joven a mujer, encontrándose por el camino un sinfín de obstáculos que deberá sortear, con la agilidad de la madurez, acabará descubriendo donde está su verdadero hogar, donde está su corazón.


   

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