Película: Un Otoño sin Berlín. Dirección: Lara Izagirre. País: España. Año: 2015. Duración: 95
min. Género: Drama
Romántico. Reparto: Irene Escolar, Tamar Novas, Ramón Barea. Guion: Lara Izagirre. Distribuidora: A Contracorriente Films Estreno en España: 13
Noviembre 2015.
June vuelve a su pueblo natal por sorpresa después de pasar
un tiempo en el extranjero. La vuelta a casa será dolorosa: su familia y su
primer amor, Diego, han cambiado. Ella también ha cambiado y restablecer los
lazos rotos no será fácil.
Es la historia del retorno a casa, de una joven, vital, luminosa, llena de
dudas y miedos para enfrentarse a sus fantasmas.
June una joven de aspecto frágil, pero valiente, decide volver a casa, tras
una larga temporada en el extranjero.
Una vuelta a casa valiente pues no solo deberá enfrentarse al paso del
tiempo, sino también a su entorno más cercano, intentando retomar la relación
con su familia, sus amigos y su expareja Diego, un joven escritor, poco
sociable, que lleva tiempo encerrado en casa, en su mundo, sin tener contacto
con el exterior.
Este año estamos descubriendo nuevos grandes talentos jóvenes , el futuro
del cine español, Lara Izaguirre se
añade a esa lista, una directora
valiente pues se atreve con un drama oscuro y triste, valiente porque nos proporciona casi todas las piezas de un puzle,
cuyos huecos los deja a la imaginación del espectador, así cada uno posee una
versión personal de la cinta, valiente
pues apuesta por un desarrollo lento, pero nunca pesado, valiente
porque le da la batuta del film a una joven actriz, Irene Escolar y ésta, lejos de defraudar, hace un alarde de
talento, un despliegue fascinante de matices interpretativos que componen un
complejo personaje.
Rodada con una gran sensibilidad, una opera prima que deslumbra detalles de
talento, esperemos no solo sea un atisbo y sepa confirmarlo en sus futuras obras.
Sutil, delicada, sincera, triste, fría, amarga, humana y gris, adjetivos
que hacen justicia a una película difícil de llevar a la pantalla.
Los temas tratados son muy recurrentes en la gran pantalla, los conflictos
paterno-filiales o de pareja, la búsqueda de tu lugar en el mundo, la
comunicación o la falta de ella, la aceptación de los demás tal y como son, sin
necesidad de cambiarlos, lo innovador es la fluidez y naturalidad con la narra
esta gran variedad de temas.
“He venido a
quedarme contigo”, nuestra protagonista vuelve a casa, para enfrentarse
a sus fantasmas ósea, para resolver las cuentas pendientes, un viaje tan
emocional como humano, afrontado con valentía, honestidad y naturalidad, un
gran esfuerzo de aceptación, sobre todo con Diego, cuyo amor por él, será la
mejor terapia curativa, aunque a veces el tiempo y la distancia, son una losa
muy pesada para el amor, pues cada personaje afrontó su marcha de una forma
diferente, su padre con el silencio, su ex pareja con un dolor que desemboca en
una enfermedad que le impide salir de casa, pero ella será un rayo de luz entre
tanta oscuridad.
Izaguirre nos introduce, más bien, nos entromete de lleno en la vida, en la
intimidad de unos personajes, con la que rápidamente empatizas por la
naturalidad, de una historia que emana verdad en cada fotograma.
La agorafobia, está muy bien tratada, enseñándonos una vez más como las
enfermedades no solo afectan al que la padece, sino también, lleva el
sufrimiento a las personas de su entorno.
La película destaca tanto por sus diálogos como por sus silencios, siendo
estos atronadores, donde los estos dicen tanto o más, como los diálogos, los
gestos, las miradas, poseen el don de la palabra.
“A Berlín
solo voy contigo”, la ciudad de Berlín es una metáfora, de los sueños en
común de la joven pareja, un sueño posible, pero difícil de llevar a cabo por
las circunstancias, Berlín es ese lugar donde ellos creen serán felices, donde
poner los cimientos para construir una buena relación.
Excelente química existente entre un elenco de actores que bordan sus
actuaciones.
Irene
escolar, curtida en teatro, cine y TV, hace tiempo pedía a gritos, un papel
protagonista a la altura de su gran habilidad interpretativa, dota de luz
propia a su personaje June, mostrando tanto vitalidad como meditación, ella es
la luz frente a la oscuridad, omnipresente en todos los planos la cámara la
busca, la ama y por descontado el espectador también.
Tamar Novoa, encarna a
Diego, escritor en ciernes, un personaje muy complicado de interpretar, un reto
del que este joven actor sale airoso, mostrando la oscuridad de un personaje
incapaz de abrirse a los demás, pese a los grandes esfuerzos de June.
Deseo destacar el trabajo del pequeño Lier
Quesada, a veces el bote pequeño posee una gran esencia, como Lier, un joven con unos ojazos hipnotizadores
y penetrantes.
Posee una atmósfera oscura y triste, que envuelve la trama, los personajes
e incluso al espectador, transportando todos ellos una pesada mochila, de la
cual no todos saben desprenderse.
Película
de corte independiente, un drama con tonos románticos, cocinado a fuego lento,
con regusto amargo pero sabor a buen cine
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