Naomi Kawase vuelve a sorprenderme,
deslumbrandome con la belleza de cada plano, rodada con gran sensibilidad,
película poética, majestuosa e impresionante , una oda a los sentidos, dejándome muy buen sabor de boca.
Película: Una Pastelería
en Tokio. Título
internacional: An. Dirección: Naomi
Kawase. País: Japón. Año: 2015.Duración: 113
min. Género: Drama. Interpretación: Kirin Kiki, Miyoko Asada, Etsuko
Ichihara, Miki Mizuno, Masatoshi
Nagase, Kyara Uchida.
Guion: Naomi Kawase (Novela: Durian Sukegawa). Música: David Hadjadj.
Fotografía: Shigeki
Akiyama. Estreno en
España: 06 Noviembre 2015.
Sentaro
dirige una pequeña pastelería que sirve dorayakis (pastelitos rellenos de salsa
de frijoles rojos y dulces llamada "an"). Cuando una anciana, Tokue,
se ofrece a ayudarle en su cocina, él accede de mala gana.
Pero Tokue demostrará tener magia en las manos cuando se trata de hacer "an". Gracias a su receta secreta, el pequeño negocio comienza a florecer. Con el paso del tiempo, Sentaro y Tokue abrirán sus corazones el uno al otro para revelar viejas heridas.
Pero Tokue demostrará tener magia en las manos cuando se trata de hacer "an". Gracias a su receta secreta, el pequeño negocio comienza a florecer. Con el paso del tiempo, Sentaro y Tokue abrirán sus corazones el uno al otro para revelar viejas heridas.
Naomi Kawase, nos endulza,
no solo el paladar, sino también la vista, con una película para degustar
fotograma a fotograma, cocinada a fuego lento con mimo, dulce en paladar, con
un aroma tan suave como sutil, al degustar deja un regusto amargo, que no
impide dar un mordisco más, a una película rodada con una sensibilidad poco
vista en cines.
La trama, gira entorno a una
pequeña pastelería, especialistas en Dorayakis, uno de los dulces más populares
de Japón, aunque los realizan semi industrialmente, sin alma.
Regentada por un triste pero
honesto tendero, Sentaro, a la que
acuden con asiduidad estudiantes, sobretodo una joven con problemas en casa.
Un buen día, se acerca una
misteriosa anciana, Tokue, que sabe cocinar
el anko, el relleno del Dorayakis, de una forma artesanal, tradicional y
auténtica, ante la insistencia de ser contratada, el tendero sucumbe, a los
encantos gastronómicos de la anciana.
Tras los fogones florecerá
una amistad que cambiará sus vidas para siempre.
La directora japonesa, Naomi Kawase, vuelve a conquistarme, tras visionar a principios de este año sus “aguas tranquilas”, una oda a la vida, un sobrecogedor poema visual, sobre la aceptación
de la muerte, por parte de una joven, película tan sensitiva como vitalista,
que culmina con uno de los fallecimientos más hermosos que he presenciado
jamás.
Tras conquistar festivales tan prestigiosos como Cannes y
Valladolid,
nos deleita con “Una Pastelería en Tokio”,
una receta de éxito, cocinada a fuego lento con sumo cuidado, posee un tono
pausado, poético, una oda a la vista, una joya para ser degustada.
“Queremos vivir en una sociedad, donde brille el sol”, un cine denuncia, una feel-good movie con tonos dramáticos, tragicomedia,
rodada con una sensibilidad digna de
ser estudiada, tocando los temas que obsesionan a la sociedad japonesa, aunque
debería obsesionarnos a todos, la
relaciones familiares y sus vínculos, el
valor de los ancianos como aporte de conocimientos y sabiduría, la
importancia de las tradiciones, la naturaleza, la aceptación de la muerte, la soledad y disfrutar de los pequeños
placeres de la vida.
“Jefe, sonría cuando algo está bueno”, la película muestra dos
cosas de suma importancia, nunca es
tarde para hacer tu sueño realidad y la pasión, que ponemos en hacer las cosas, el placer y la pasión con
la que Naomi filma, como una anciana, cocina el anko, contagia a los que la rodean, incluyendo al espectador, demostrando como con alma, corazón y pasión,
el ser humano puede hacer cualquier cosa, siendo esta la receta de la
felicidad.
“Hemos nacido en este mundo para verlo y escucharlo”, la visión que Naomi tiene de
la naturaleza es sencillamente brillante, como sabe detener la trama, para hacernos
degustar los pequeños encantos de la vida, el canto de un pájaro, el viento zozobrando
las ramas de un árbol, la felicidad al cocinar una receta simple….. Encantos, que por desgracia, en nuestro día a día,
somos incapaces de apreciar, una pena.
“Cada uno de nosotros, le da sentido, a la vida de los demás”, la pastelería es el
elemento aglutinador de unos personajes, de tres generaciones diferentes, con
una mochila muy pesada a sus espaldas, un lugar de encuentro, donde acabaran
llenando sus vidas, siendo la anciana, con su sabiduría y naturalidad, ilumine
la vida de los demás, cambiándolas para siempre.
Es un placer haber degustado "Una pastelería en Tokio", película, sabrosa, dulce pero nunca empalagosa, una oda a la vista que
invita a una reflexión profunda, ¿He conseguido la receta de la felicidad en mi
vida?
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