Ryota vive en el pasado, en sus momentos de
gloria como premiado autor. Después de divorciarse, gasta en las carreras todo
el dinero que gana como detective privado y no puede pagar la pensión
alimenticia de su hijo. Tras la muerte de su padre, trata de retomar las
riendas de su vida y hacerse un hueco en la de su hijo. Un inesperado tifón obligará
a toda la familia a pasar la noche juntos en casa de la abuela dándoles la
oportunidad de reencontrarse.
Tras sorprendernos con Nuestra hermana pequeña, (crítica), el director Kore-Eda Hirokazu,
vuelve a sorprender con Después de la tormenta, la última
joya cinematográfica del brillante
director japonés Kore-Eda, presentándonos una historia
auténtica con la que conectas y te identificas, pues está llena de
verdad y naturalidad, un drama sutil, sencillo, puro, sin
artificios, con toda su dureza disecciona con precisión quirúrgica la vida
rutinaria, gracias al retrato intimista de lo cotidiano, a través de los ojos
de una familia disfuncional, una familia rota y otra a punto de romperse, donde
una tormenta es solo un punto de inflexión, una excusa para dialogar e intentar
solucionar las complejas relaciones familiares.
La historia ya ha sido llevada al
cine con anterioridad: padres divorciados, él adicto al juego e incapaz de
pagar la pensión de su hijo, ella mujer trabajadora que inicia
una nueva relación amorosa, el hijo atrapado en medio de ese conflicto
entre sus progenitores, al acecho, un tifón que se aproxima como un augurio de
muerte, con la promesa de sacudir más de un cimiento.
Encontramos
al mejor Kore-Eda en una poderosa historia en torno a los lazos familiares basada más
que nunca en sus recuerdos y experiencias personales, en la que la sensibilidad, perspicacia
y naturalidad vuelven a manifestarse en una excelente película sobre los complicados dramas familiares, bajo su
dirección, lo rutinario sobresale con asombrosa lucidez, convirtiéndose en una
contenida bomba de relojería emocional, donde las imágenes perfectamente
estudiadas fluyen serenas, sosegadas, contraponiéndose al vertiginoso
virtuosismo de movimiento de cámara en sus elaborados planos secuencia.
La familia es dentro de la
filmografía japonesa clásica un pilar fundamental de su cultura, donde las
ancestrales tradiciones y su conservadurismo, deben convivir con la irrupción
de la modernidad, dando lugar a un sinfín de dilemas morales.
"¿Si tanto te interesa ser buen padre, por qué no
lo inetstaste hace unos años?", en el mundo entero, el concepto de familia
está cambiando, en ese aspecto, parece que Koreeda es quien mejor está sabiendo
abordar este hecho. Así pues, gran parte de su filmografía como “Nadie Sabe” (2004), “Kiseki” (2011) ,“De tal padre tal hijo” (2013) o la
ya mentada “Nuestra hermana pequeña” (2015), al igual que “Después de la tormenta”, nos
muestra estas nuevas relaciones familiares abordadas siempre con un componente
infantil. El abandono materno, la separación fraternal, el intercambio de
padres o la adopción de una hermanastra son algunos de los valientes aspectos
que ha abordado en sus películas.
Después de la tormenta, posiblemente
su película más personal, tal como declara el
director japonés: "Quizá
sea la película que más lleva de mí. Cuando muera, si debo ir
ante Dios o el Juez del Más Allá y me pregunta por lo que hice
en la tierra, creo que lo primero que le enseñaré
será Después de la tormenta”, reúne a dos de
sus protagonistas fetiches Hiroshi Abe y Kirin Kiki, debo recordar que el guión fue escrito para la
pareja protagonista cuya química y buen hacer deslumbro a Kore-eda, cuyas interpretaciones
son muy precisas, especialmente la de Kirin
Kiki (Una pastelería en Tokio), la maravillosa actriz de 73 años que se ha convertido en musa del
director. Una delicia de ver y escuchar, con un talento inmenso para mostrar la
ternura, recordando otro título memorable de Kore-eda "still walking" , en ambas la ausencia de un familiar
cercano se hace muy presente un hermano en aquella y un padre en esta.
Finalmente, Koreeda muestra los lazos de unión paterno-filiales, parece querer recordarnos que,
aunque los sueños de juventud se vean truncados y el mal comportamiento pueda
distanciar a un hombre de aquellos que más ama, siempre hay lugar para la
redención yel perdón, para recordar aquellas cosas que realmente son
importantes en la vida. De nuevo vuelve a embellecer la cotidiano, lo
bueno y lo malo, y decide darle una oportunidad a quien ha demostrado en
algunos momentos no merecerla, como esa madre que no deja de
preocuparse por su hijo, o ese padre que, pese a no demostrarlo abiertamente,
siempre ha admirado los triunfos personales de su hijo, tal y como todo amante
del buen cine debe admirar la obra de un director más que cine, es arte, pues sus fotogramas son de una belleza sin igual, todo un deleite
a la vista.
No hay comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario :)